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José Ramón Rivero (@joseramonrivero)
La negación de las responsabilidades históricas ha sido una de las líneas generales y particulares que de manera reactiva caracteriza a la oposición en Venezuela. Cuando se trata de dar la cara hasta la venezolanidad la niegan o invisibilizan, actúan como sí prefirieran un pasaporte estadounidense, una Green Card o un Permiso de Conducir gringo.
En el golpe de Estado eludieron tanto su responsabilidad, que hasta llegaron a tramar la tesis de que el presidente Chávez no fue derrocado ni secuestrado, sino que los golpistas, preñados de la mejor buena fe del mundo, confinaron al presidente en un cuarto en distintos lugares para proteger su vida. Hoy sólo el chavismo se recuerda de Pedro Carmona Estanga, en un ejercicio legítimo de memoria y alerta.
Luego vino el paro sabotaje petrolero, con sus partes de guerra y destrucción de todos los días, paralizando la principal industria del país por más de 70 días, saboteando el suministro de gas a las industrias básicas para pararlas por inanición. Al final, ante la derrota, fingieron demencia y ninguno quiso asumir la responsabilidad del paro. Hoy sólo el chavismo trae a la memoria a Carlos Ortega y Carlos Fernández, este último como empresario en autoexilio dorado y el primero en amarga pobreza en Perú, despreciado por la oposición que en su momento tanto lo aupó.
En 2004 cantaron fraude y se comprometieron a entregar unas pruebas que nadie después consignó. Esta cantadera de fraude, sin sindéresis ni mesura, sin remitentes ni accionantes, sin pruebas ni argumentos, ha estado presente en la irresponsable línea de conducta de la oposición.
Luego, en 2005 se retiraron de las elecciones y nadie quiso asumir la responsabilidad de dicho acto. Las derrotas electorales de la oposición son achacadas al CNE y sus victorias a cada mezquina parcialidad o individualidad.
Para abril de 2013, Capriles como vocero más conspicuo de la derecha convocó a sus seguidores a drenar su arrechera, con el saldo terrible de once venezolanos asesinados por disociados anti chavistas. El gobernador de Miranda puso su peor cara de yo no fui.
Y desde el 12 de febrero, mas lo que va de marzo 2014, en una desatada y esquizoide violencia en varias partes del país, alentaron a unos hooligans que colocan guayas asesinas, levantan alcantarillas, desparraman aceite mortal en autopistas, pirómanos, miguelitos dependientes, depredadores ambientales y patrimoniales en sus tiempos libres; Ahora, con un trágico saldo de vidas perdidas y heridos, nuevamente los voceros de esta oposición tan ajena como alienada, vuelven a presentarle al país la fascista faz del yo no fui, cuando en realidad siempre han sido y nunca dejaran de ser…
14/03/2014