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8.May.2014 / 05:02 pm / Haga un comentario

José Ramón Rivero (@joseramonrivero)

Los acontecimientos puntuales que fastidian y hartan al país desde el 12 de febrero confirman que en la minoría ultraderechista se ha producido una degeneración fascista en sus filas. Entre la caracterización esquemáticamente se pueden enumerar los siguientes elementos:

Son profundamente ignorantes y anti históricos: Desconocen las dinámicas sociales que han transformado al país en los últimos 15 años. Desconocen sus orígenes (la historia que detonó los fenómenos del Caracazo, la insurrección del 92, el triunfo de Chávez, la movilización del 2002 y 2003 del poder popular entre otros) y las implicaciones de estos cambios.

Sufren de  cortoplacismo: Están convencidos de que van a derrotar a la revolución en el corto plazo, creen firmemente que sus consignas son invocaciones mágicas de efecto inmediato, como aquella de ¡Chávez Vete YA! o ¡Maduro Renuncia!; siempre asumen que el momento ha llegado sin ningún tipo de análisis que soporte esas creencias.

Sustituyen la política por píldoras propagandistas: En este fascismo no hay construcción de discurso. El constructo social desaparece y es sustituido por consignas violentas encapsuladas.

No son democráticos: Aunque usan y abusan de algunos de los derechos de la democracia, desconocen a conveniencia la mayoría de los preceptos democráticos. Su agenda verdadera es violenta, lo democrático en ellos es accesorio y meramente utilitario.

La deriva los conduce a lo delincuencial: No requieren muchos argumentos para justificar el terrorismo de los francotiradores y de las guayas asesinas. Algunos de ellos, los más descompuestos, justifican las pérdidas de vidas y otros delitos. Se han convertido en alérgicos sociales: Hay cierta adicción al odio, tantos años de inoculación de informaciones tergiversadas y mal intencionadas, los ha condicionado para la segregación. Reaccionan con alergia violenta frente a símbolos y actores del chavismo así como también contra opositores moderados, solo se sienten cómodos entre disociados.

Como todo fascismo… son terroristas: Justifican el terror aunque lo maquillen con expresiones como Guarimba o La Salida.  Estas palabras son eufemismos para disfrazar la práctica del terror.

Parte de sus activistas son mercenarios: Hay una dirigencia tarifada, algunas de ellas salpicadas de lúmpenes que reciben pagos semanales para mantener la violencia en la calle e incendiar instalaciones públicas; también está demostrado que hay cierta contaminación paramilitar importada por Uribe.

Estas líneas son sólo algunas aproximaciones de lo que tendría que terminar en una investigación profunda y rigurosa de este nuevo fenómeno en la ultra derecha venezolana. Es importante aclarar que al señalar fascismo, no se está ubicando en dicha aberración a la totalidad de los electores de la oposición, que afortunadamente están contaminados sólo una pequeña porción de ellos.

Aclarado esto, es necesario alertar que a la dirigencia opositora le ha faltado valor para denunciar y cerrarle la puerta a los conjurados con la violencia. El 90% de la población electoral del país está de acuerdo con el diálogo, esto indica un rechazo claro al fascismo y al terror; de ese porcentaje 60 es histórico del chavismo y 30 debe ser del opositor. Esta realidad numérica y pro dialogante en el elector no gubernamental es refrescante, porque indica que no han sido infectados con la violencia y que colocan la mira en el diálogo y la paz.

24/04/2014

 

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