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José Ramón Rivero (@joseramonrivero)
El presidente Nicolás ha planteado colocar un centro de atención permanente en lo productivo. Actualmente la burguesía, sus medios de propaganda, sus actores políticos de derecha, sus actores gremiales y empresariales están realizando un importante esfuerzo por demostrar que el modelo revolucionario en construcción es un fracaso; soportan sus argumentaciones en debilidades o errores que hemos cometido en estos 15 años del gobierno de Chávez y ahora con Nicolás.
La principal mentira con la que embadurnan la propaganda, saca de contexto a Venezuela del terrible drama de centenares de millones de europeos y estadounidenses que sufren de grandes y graves circunstancias que los consume en la miseria o la pobreza. Otro contexto es pretender que Venezuela en el pasado no sufrió de profundas calamidades con abismales desequilibrios sociales.
Para esta propaganda, la situación europea no existe y en la cuarta república no existieron realidades como la pérdida de talla y peso en los infantes, la pobreza de más del 50% y la miseria que rondaba el 25%. Olvidan maliciosamente los años en los cuales no hubo amento de salario mínimo y la violencia con la que reprimían la lucha por el cobro o el derecho a las pensiones.
La mentira secundaria pero de tremenda importancia está en ocultar los avances que hemos tenido en todos los indicadores sociales; en educación universal y gratuita, en prevención de enfermedades, en los servicios, en acceso a la vivienda, en el aumento del empleo y la disminución de su informalidad.
Ese debate entre los dos modelos no lo rehuimos y podemos asumirlo, en una esquina está el modelo de la cuarta república, sobre todo el de la última década del siglo pasado, de corte neoliberal y fondomonetarista, elitesco y de discriminación social negativa, en la otra esquina está nuestro modelo venezolano, de raigambre popular y fuertemente solidario y bolivariano.
Podemos colocar en cualquier balanza los resultados catastróficos de 10 años de paquetes hambreadores contra cualquier año de la revolución, el análisis comparativo social dará que un año de chavismo es superior a la última década de “Puntofijismo”. Nadie ha establecido cuál es la autopista hacia el socialismo, lo más seguro es que no exista; en el caso venezolano, se está combinando con distintas y desiguales gradaciones de avances en lo social, mientras se siguen buscando fórmulas para atender la criminalidad y la generación de procesos administrativos y productivos que suplan nuestras necesidades generales en alimentación, fármacos, vestido, calzado, comunicaciones, productos metalúrgicos, construcción y vialidad. En todas estas áreas hay aspectos que han avanzado más rápidamente que otros.
En donde hemos avanzado, siempre hay espacio para el mejoramiento de las dinámicas y en donde no hemos alcanzado los desempeños esperados o necesarios se está haciendo énfasis en normalizar. En el terreno de la revolución seguimos abonando el debate y la acción por atender lo económico, éste continuará siendo el dilema más difícil de resolver en las experiencias de transformación social que apuntan hacia la construcción socialista.
Para ello nosotros no cometeremos el error de los factores de derecha, para los cuales solo hay un recetario liberal que aplica siempre en cualquier circunstancia, en la revolución vemos todas las opciones, descartando de inmediato aquellas medidas que afectan al pueblo; las medidas que se toman tienen como centro al ser humano y no la ganancia o el capital.
El Pueblo ha derrotado golpes y paros petroleros, sabotajes y guarimbas, no hay porque dudar de que también triunfará sobre los dilemas y peligros que significan construir una nueva economía: humana y social, eficiente y eficaz.
02/05/2014